EDTORIAL 07/10/2018



Hace pocos días leía con sorpresa y consternación una publicación de una serie de organizaciones ecologistas que criticaban duramente a la caza, afirmando que acababa con miles de animales en riesgo de extinción y que era una actividad perjudicial para el medio rural, para la ganadería y en general para el medio natural.
Me llamó poderosamente la atención la fiereza del mensaje, del que emanaba una rabia desconcertante y ciertamente preocupante.
En un mundo como el que hoy se nos ofrece; donde miles de niños mueren diariamente de desnutrición, donde a unos pocos de miles de kilómetros de nuestros confortables domicilios, hay una guerra que se continúa cobrando su tributo de vidas inocentes, donde cada día centenares de personas se arrojan a las olas del mar a jugarse la vida por llegar a este paraíso, que no lo es, aunque siempre será mejor que la muerte cierta. Un mundo en el que aun, en muchos lugares, la única preocupación de sus habitantes es poder sobrevivir.
Pues en este escenario, que no deja de tener ciertos tintes apocalípticos, lo último que necesitamos es entrar en un conflicto, a cara de perro, entre organizaciones ecologistas y cazadores. Porque a nadie se le escape que como dice el dicho: donde las dan, las toman.
Miremos alrededor, todo lo que nos rodea aconseja que seamos generosos, tolerantes, y sobre todo colaborativos. Desde este programa de radio, no podemos dejar de hacer una llamada a la concordia y a la cooperación entre todos los que a menudo transitamos por el campo, sin pensar en que la nuestra, es la única razón.
Estoy convencido que aportaremos mucho más al medio natural si viajamos juntos, que si solo trabajamos para minar al contrario, como parece que algunos pretenden, perdiendo de vista el verdadero objetivo que no es otro que el que las generaciones futuras, al igual que nos pasó a nosotros, puedan disfrutar de una naturaleza viva y salvaje, y no de un parque temático a medida del urbanita.
Recuerdo una campaña de la dirección general de tráfico que me gustó especialmente porque trataba justo de eso, de compartir. Y rezaba el lema “en la carretera cabemos todos”, así que parafraseando a la DGT, el mensaje que lanzamos desde aquí es: en el campo cabemos todos, sé razonable.

Comentarios

Entradas populares