EN FITUR, EXTREMADURA NI CAZA NI PESCA




22 ene. 2018
Hoy
MANUEL GALLARDO CASADO VICEPRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN EXTREMEÑA DE CAZA

En Fitur, Extremadura ni caza ni pesca

No me mal interpreten, es deseable, casi necesario, que Extremadura en FITUR cace y pesque turistas en el sentido de capturarlos con las excelencias que tiene esta comunidad autónoma desde casi cualquier punto de vista, gastronómico, natural, paisajístico, acuático, faunístico, monumental, cultural. Es el objetivo de asistir a la feria.

En esta edición, Extremadura se hace eco y promotor del ‘turismo slow’, sumándose a esta tendencia, una magnífica alternativa para competir con las grandes ciudades que acaparan una parte muy importante de turistas, o con las tradicionales zonas de mar y playa.

Si el objetivo del viaje es vivir el lugar que visitas, conocerlo, mezclarte con su gente, respetar y aprender de sus tradiciones, de su cultura, recorrer sin prisa sus tesoros naturales y monumentales, su historia o sus fiestas, sin duda Extremadura puede ofrecer estas posibilidades. Aquí las cosas no se mueven demasiado rápido, la gente se conoce en los pueblos y se saluda al pasar, reconocen al foráneo y lo acogen con amabilidad.

Perdimos el tren, no el ‘Ruta de la Plata’, que también, el de la primera revolución industrial, la reforma agraria y propiedad de la tierra, la segunda revolución industrial, la tercera y veremos cómo escapamos con la cuarta, y por eso somos lo que somos, una comunidad ruralizada, con más de 1.400 kilómetros de costa de agua dulce, superior a la que tiene de litoral Andaluz desde la desembocadura del Guadiana al Cabo de Gata, con el 30,6% del territorio como áreas protegida medioambientalmente y con el 86,23 % de su superficie con alguna figura de aprovechamiento cinegético.

Por ello, no deja de llamar la atención que no se presente Extremadura en FITUR también como destino de pesca y de caza, pues igualmente forman parte de la cultura y tradiciones de esta comunidad autónoma. El ‘turismo slow’ no está reñido con recorrer, caña en mano, las orillas de nuestros increíbles e inigualables destinos de pesca o con participar en una montería tradicional o subir a Gredos a intentar abatir un macho montés. El turista que vive estas actividades, atesorará emociones y experiencias que difícilmente olvidará, mientras sus acompañantes practican ‘slow’, lo que es genial pues no se puede esperar con prisas a quien va de pesca o de caza.

En definitiva, el concepto ‘slow’ no es nuevo en esta tierra, se tarda en llegar aquí y se tarda en salir, hagamos de la necesidad virtud. Si pescando y cazando durante los últimos miles de años hemos logrado mantener nuestro paraíso natural, sigamos haciéndolo y compartiéndolo con los que vengan, de una forma sostenible que no ponga en peligro nuestro patrimonio, y a la vez ayude al desarrollo socioeconómico de nuestros pueblos.

Hay que ofrecer lo que somos y lo que tenemos, y los que nos visiten conocerlo y respetarlo.








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